¿Te imaginas trabajar gratis más de 50 días al año? Suena injusto, ¿verdad? Pues es lo que le sucede, en promedio, a las mujeres a nivel mundial, en comparación con los varones. Esto se debe a la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Si no sabes hasta dónde llega esta desigualdad o por qué las féminas cobran menos que los varones, en este artículo puedes descubrir todo sobre la brecha salarial de género.
La brecha salarial entre hombres y mujeres es la diferencia existente entre lo que cobran cada uno por su trabajo. Para su cálculo, los organismos oficiales analizan la diferencia entre el salario medio bruto de los hombres y el de las mujeres, estas cifras se dividen (sueldo mujeres/sueldo hombres). El resultado se multiplica por 100, por lo que la ecuación da lugar a un porcentaje reconocido como la brecha salarial de género.
Lo ideal sería que el resultado fuera cero, que equivaldría a la igualdad retributiva. Sin embargo, es negativo, lo que evidencia que las mujeres perciben menos ingresos por su desempeño. Ahora bien, te preguntarás por qué hay tantos datos diferentes sobre la brecha de género.
Existen dos perspectivas de aproximación que van a dar resultados distintos: la brecha salarial no ajustada y la ajustada.
Ofrece un panorama más general, pues tiene en cuenta el sueldo medio femenino y masculino, sin distinción de circunstancias laborales y socioeconómicas. En esta retribución media, se incluyen tanto el sueldo base bruto como los complementos salariales asociados a la persona (antigüedad, ayudas familiares), al puesto (responsabilidad, riesgos), al desempeño (gratificaciones) o al trabajo adicional (horas extras). Se suman tanto el pago en efectivo como en especie.
Por esto, la brecha no ajustada es la más elevada, debido a que las mujeres por tradición han sido delegadas a puestos peores retribuidos, de menor responsabilidad y con jornadas reducidas. Pero el objetivo de esta estadística es poner en evidencia esa diferencia salarial entre hombres y mujeres. Y también, las barreras que impiden al colectivo femenino acceder al trabajo en igualdad de condiciones.
Dentro de la brecha no ajustada se pueden aplicar también diferentes parámetros de cálculo. Por ejemplo, puedes tener en cuenta el salario anual o la retribución por hora trabajada. En el segundo caso, la diferencia disminuirá, al reflejar que las mujeres trabajan, en general, menos horas que los hombres.
Por ejemplo, una mujer está contratada a media jornada, lo que supone 1000 horas de trabajo cobrando al año 10.000 euros. Por su parte, un hombre trabaja a tiempo completo (2000 horas anuales) y gana 20.000 euros. Si aplicas la fórmula no ajustada anual, la brecha ascendería al 50%. Sin embargo, si tienes en cuenta la retribución media de la hora, en lugar del salario anual, verás que la brecha es de 0, ambos cobran lo mismo por cada hora trabajada.
Para lograr un mayor ajuste a la realidad laboral, surge la brecha salarial ajustada. Este tipo de cálculo sí tiene en cuenta las condiciones laborales procurando determinar la brecha salarial en igualdad de condiciones.
Y es que, en verdad, no existe la misma diferencia en un país de la Unión Europea que en uno de África, donde la discriminación hacia las mujeres a nivel laboral está más arraigada.
Así, el resultado de la brecha salarial entre hombres y mujeres se optimiza en virtud de diferentes parámetros:
Entonces se puede saber si una mujer, con igual experiencia laboral, categoría, contrato y puesto que un hombre, percibe o no la misma remuneración que su par masculino.
Lo anterior no significa que un cálculo sea mejor o peor, sino que responden a diferentes contextos. Lo importante es que sepas qué aspectos se están midiendo para entender de manera correcta la realidad de las cifras.
Algunas estadísticas ofrecidas por los organismos oficiales de ámbito internacional y europeo reflejan que las trabajadoras de todo el mundo cobran 77 céntimos por cada dólar que recibe un hombre. Mientras que, en Europa, ese indicador da 84,3 céntimos por cada euro.
Se trata de datos no ajustados, pues por el volumen del mercado de trabajo y las distintas normativas y regulaciones de las diferentes zonas estudiadas, es complicado obtener la brecha de género ajustada.
Y, aunque esta diferencia se ha reducido, una estimación del Foro Económico Mundial, afirma que al ritmo actual serán necesarios 202 años para equiparar los sueldos entre hombres y mujeres.
También urge profundizar en las causas de esta diferencia de salarios entre hombres y mujeres. Por lo que paso a presentarte algunos factores que provocan esta situación.
Históricamente las mujeres han sido relegadas a sectores y empleos peor remunerados o que son parte de la economía informal. Por ejemplo, en los sectores de ciencias, tecnologías e ingenierías, las mujeres ocupan solo uno de cada cuatro empleos. En cambio, son mayoría en el sector de servicios.
A pesar de que la incorporación de las féminas al mundo laboral es cada vez mayor, sigue asumiendo las responsabilidades familiares. O sea, aunque la mujer trabaje, en general, sigue siendo ella quien se ocupa del cuidado de los hijos, familiares dependientes y de las tareas del hogar.
Como consecuencia, muchas tienen que aceptar jornadas reducidas para compatibilizar ambas actividades o incluso interrumpir o abandonar de forma definitiva su carrera laboral. Y no lo hacen por voluntad propia: según una encuesta de la Organización Internacional del Trabajo, siete de cada diez mujeres preferirían un trabajo remunerado a ocuparse de las cargas familiares, o llevar ambas cosas a la vez.
Esto también trae como consecuencia que las profesionales dispongan menos tiempo para llevar a cabo una formación continua o aspirar a ascensos y puestos de responsabilidad. Al no poder dar dedicación plena a su carrera profesional y por otros factores culturales, el colectivo femenino tiene menor representación en los puestos directivos (los mejor remunerados).
También influenciadas por los estereotipos de género impuestos, muchas trabajadoras interiorizan que su trabajo vale menos que el de sus compañeros hombres. Que sus habilidades se limitan a ciertos perfiles o que no deben aspirar a cargos directivos.
Existen casos donde la brecha salarial entre hombres y mujeres se debe al desconocimiento de los directivos y la perpetuación del status quo establecido. De ahí la urgencia de que las compañías ejecuten un análisis de su política de retribución y vean si se aplican criterios de igualdad de género.
Lamentablemente, aún persisten casos donde la diferencia de sueldo entre hombres y mujeres está dada por la ideología patriarcal y machista que mantienen quienes dirigen la organización. Estas personas piensan que los hombres son más competentes o superiores y por eso deben cobrar más.
Ya hemos visto las causas y como calcular el coeficiente de la diferencia salarial por género, por lo que corresponde explicar algunas acciones para disminuirla:
Como has podido ver, ante la brecha salarial entre hombres y mujeres, la información y la formación juegan un papel crítico en el camino hacia la igualdad efectiva. Ahora que ya tienes toda esta información, respóndeme, ¿conoces algún caso de diferencia de sueldo en tu entorno?
Esta entrada ha sido publicada el 13/06/2022 11:00
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